lunes, 1 de julio de 2013

Ingredientes
  • 70 g de coco rallado seco (del que se vende en el super)
  • 250 g de leche
  • 500 ml de nata
  • 150 g de azúcar
  • Una pizca de sal
  • 1 vaina de vainilla, cortada a lo largo.
  • 5 yemas de huevo (o bien 3 huevos enteros)
  • 1 cucharadita (1 tsp) de ron (puedes poner hasta dos) o bien ½ cucharadita de extracto de vainilla.
Elaboración
Tostamos el coco:
  1. Calienta el horno a 175 grados. Extiende el coco rallado en una bandeja de horno sobre un papel para hornear formando una capa homogenea. Introducela en el horno cuando esté caliente, durante aproximadamente unos 4 minutos (el tiempo puede variar). Cuando veas que la capa de coco empieza a dorarse por los bordes (aproximadamente a los 40 segundos de estar horneándose, en mi caso) mézclalo con una cuchara. Ve removiendo cada medio minuto más o menos hasta conseguir que todo el coco se haya tostado uniformemente (adquirirá un fantástico color dorado). Sácalo del horno y continúa con la receta.
Para el helado:
  1. En una cacerola mediana, pon a calentar la leche, la mitad de la nata, el azúcar, la sal y el coco tostado. Usa un cuchillo afilado para partir en dos la vaina de vainilla (longitudinalmente) y rasca las semillas añadiendolas a la leche. Añade también la vaina. Cuando la leche vaya a empezar a hervir, retirala del fuego y déja reposar la infusión durante al menos una hora a temperatura ambiente.
  2. Pon a templar de nuevo la infusión de coco que has preparado. Basta con calentarla un poco. Con un colador de maya fina ve colando la infusión sobre un recipiente. No olvides estrujar de vez en cuando el coco que vaya quedando en el colador con una cuchara para extraer todo el sabor. Retira la vainilla y el coco que haya quedado en el colador.
  3. En un recipiente, bate las 5 yemas de los huevos (o bien los tres huevos enteros si has decidido optar por ellos) hasta que empiecen a estar espumosos. Lentamente añade la infusión templada de coco. Mezcla bien y lleva todo al fuego. Con el fuego medio, remueve la mezcla continuamente con una cuchara (cuidado que no se pegue en el fondo del recipiente) hasta que espese y puedas ver que deja un “manto” en el reverso de la cuchara (ese punto se alcanza antes de que la mezcla hierva, cuando llega a una temperatura de 80º aprox). Importante ¡no dejes que hierva!
  4. Retira del fuego. Añade el resto de la nata, el ron (o la vainilla) y remueve bien para que vaya desprendiendo el calor.
  5. Cuando haya templado, dejala reposar en el frigorífico hasta que haya perdido el calor y finalmente procesala en la heladera siguiendo las instrucciones del fabricante de la misma. Guarda en el congelador durante 4 horas.
  6. Cuando vayas a servirla, no olvides sacarla del congelador diez / quince minutos antes para que recupere la textura cremosa. Bon apetit!

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