INGREDIENTES:
- 200 g Galletas tipo maría
- 400 g Nata (para montar)
- 100 g Mantequilla
- 300 g Dulce de leche
- 4 Huevos (solo las claras)
- 4 Hojas Gelatina
PARA LA DECORACIÓN:
- 75 g Chocolate blanco
- ½ Sobre de cuajada
- 125 ml Leche
- 125 ml Nata
- 100 g Chocolate negro
PREPARACIÓN:
Lo primero que hacemos es poner las
cuatro hojas de gelatina, en un bol o tupper, con agua fría para que se vaya hidratando
(al menos 6 minutos). A continuación trituramos nuestras galletas con ayuda de
un rodillo, picadora, termomix, etc. Seguidamente ponemos en un bol los 100 g
de mantequilla y metemos en el microondas un poquito para que se funda (para
esta operación tenemos que estar un poco pendientes, pues funde muy
rápidamente). A continuación añadimos la mantequilla fundida a las galletas
trituradas y formamos una pasta o masa, si fuera necesario le añadimos un
chorrito de leche.
Seguidamente con la masa de galletas cubrimos uniformemente,
la base de un molde desmontable, presionándola un poquito.
Seguidamente ponemos
en un cazo los 300 g de dulce de leche, llevamos al fuego y calentamos a fuego
bajo, dándole vueltas para que no se nos pegue, cuando este caliente añadimos
las 4 hojas de gelatina, bien escurridas y removemos bien hasta que estén
completamente disueltas, retiramos del fuego y dejamos enfriar un poquito, en un bol lo
suficientemente grande para mezclar luego todos los ingredientes.
Mientras tanto separamos las claras de las
yemas (las yemas las guardamos para utilizarlas con cualquier otro plato) y
montamos por separado las 4 claras a punto de nieve y la nata. Para esta
operación podemos ayudarnos de una batidora de varillas si disponemos de ella,
si no lo tendremos que hacer a mano con unas varillas.
Una vez montada la nata
y las claras las unimos con movimientos envolventes y suaves, para que
no se
nos bajen, añadimos esta mezcla donde tenemos el dulce de leche con la
gelatina
ya frio, mezclando con movimientos muy suaves y envolventes, hasta
conseguir
unir todos los ingredientes (no remover bruscamente pues se nos
bajaría). Seguidamente vertemos toda la mezcla en el molde que hemos
cubierto la base,
con la pasta de galletas, alisamos uniformemente con el reverso de una
cuchara.
Metemos en el frigorífico dejando
enfriar bien para que cuaje, por lo menos 3 horas.
Pasado este tiempo fundimos
los 100 g de chocolate negro al baño maría. Una vez fundido lo vertemos en un
papel de hornear o sulfurizado y con ayuda de una espátula extendemos
finamente. Cuando haya enfriado un poquito y antes de que se endurezca, lo dividimos
en trozos de tamaño y forma, para que nos sirva para decorar nuestra tarta y
dejamos enfriar por completo.
Seguidamente ponemos en un vaso los 125 ml de
leche, añadimos el medio sobre de cuajada y diluimos. A continuación ponemos en un cazo
los 125 ml de nata y los 75 g de chocolate blanco, llevamos al fuego dándole
vueltas hasta que se funda el chocolate. Cuando veamos que esta a punto de
hervir, retiramos del fuego y añadimos la leche con la cuajada disuelta,
volvemos a llevar al fuego, sin parar de darle vueltas y antes de que hierva
retiramos del fuego.
Dejamos enfriar un pelín pues cuaja enseguida y antes de
que cuaje la mezcla, la vertemos sobre nuestra tarta, para
evitar que se mezclen, ponemos un cucharón boca abajo lo más cerca posible de la
tarta, pero sin tocarla y vertemos poco a poco la crema de chocolate blanco
sobre el cucharón para que caiga más despacio, y no traspase el mousse de dulce
de leche. A continuación decoramos con el chocolate negro que hemos
partido sobre el papel sulfurizado y que ya estará endurecido.
Dejamos en el
frigorífico hasta la hora de servir y lista, para saborear esta rica tarta
mousse.
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